Contrariamente a lo que se piensa la verdadera salsa
carbonara no lleva ni nata, ni cebolla, ni champiñones, ni vino. Es una salsa
más sencilla, que se hace con yema de huevo.
Es una de las recetas tradicionales italianas y se piensa
que su origen viene después de la liberación de Roma en la 2ª Guerra Mundial,
cuando empezaron a llegar a Italia grandes cantidades de beicon (o panceta),
que traían las tropas angloamericanas. Aunque como toda receta que se precie
esta es sólo una de sus versiones, hay otra que dice que su origen es
napolitano, pues en los libros de recetas tradicionales aparece una receta muy
parecida, aunque sin beicon.
La cuestión es que provenga de donde provenga es un plato
riquísimo, sencillo, económico y que suele gustar a todo el mundo.
Es una receta que se hace con espaguetis, o como mucho con
penne o tortiglioni, en mi caso lo he hecho con papardelle. El queso que se
utiliza es pecorino (indispensable para la receta original), que es un queso hecho con leche de
oveja y bastante salado. En España no es fácil conseguirlo, pero aquí
tenemos muy buenos quesos de oveja y fuertes, que lo pueden sustituir (aunque
no sea lo mismo, hago incapié en esto para que no haya enfados, jejeje). Yo
como no tenía ni uno ni otro me fui a lo básico…al parmigiano!!!
(¡¡¡sacrilegio!!!, ya me estoy cargando la receta, jajaja)
Y este fue el resultado, a ver qué os parece.
Ingredientes: (para 2 personas)
-
200g de pasta (espaguetis mejor que mejor).
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100g de beicon cortado a taquitos (o panceta).
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2 yemas de huevo.
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150g de queso parmigiano (el original es
pecorino).
-
Pimienta negra y sal.
Preparación:
Ponemos un cazo al fuego con abundante agua y sal y cuando
empiece a hervir añadimos la pasta.
Mientras en una sartén sofreímos el beicon, sin aceite (no
es necesario pues el beicon ya suelta bastante grasa).
En un cuenco batimos las yemas, agregamos el queso y la pimienta
negra al gusto. Si quedara una masa muy espesa añadimos medio cucharón del agua
de la cocción (como se ve en las fotos). Añadimos también el beicon y mezclamos
bien.
Cuando la pasta esté hecha la escurrimos y volvemos a poner
en el cazo al fuego, vertemos la salsa y damos unas vueltas (unos segundos),
que el huevo no se haga mucho sino parará muy seca y no está buena.
Es conveniente servir enseguida.
Y ya estaría….¡¡¡a disfrutar!!
En la receta original (y como normalmente la suelo hacer)
cuando se mezcla la pasta con la salsa no se vuelve a poner al fuego, con la
calor del cazo donde se ha cocido la pasta y la calor de la propia pasta se
cuaja el huevo, pero siendo verano y con las calores que está haciendo este año
no me he arriesgado y he “cocido” un poco las yemas.
BESOS.
Hola Sonia, qué rica esta pasta, me encanta como te ha quedado. Yo que no soy muy ortodoxa valoro mucho que se versione un plato o se adapte a los ingredientes que tenemos en cada momento, me ha encantado. Besos.
ResponderEliminarQue rico, para almorzar me viene muy bien tu receta.Bsssss
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