Hoy traigo mi clásico bizcocho, el que nunca me falla y que
además está riquísimo. Es el de los vasitos de yogur. Siempre recurro a él
cuando necesito un buen bizcocho para hacer tartas o para desayunos sencillos
o, como en este caso, para ir gastando la calabaza, jajaja.
Vais a acabar odiándome con tanta receta dulce de calabaza,
jajajaja. Pero es que la tengo congelada y tengo que ir haciendo hueco en el
congelador para ir metiendo lo que voy comprando para la cena de Nochebuena,
así que tengo que ir gastándola. Y como las recetas saladas con calabaza no nos
van mucho, pues ¡¡dulces a mogollón!! Jejeje.
Decir que todavía me queda calabaza….lo sientoooooo.
Ingredientes:
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Yogur natural azucarado.
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3 medidas del vaso del yogur de azúcar.
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3 medidas del vaso del yogur de harina.
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1 sobre de levadura, tipo Royal.
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1 medida del yogur de aceite de girasol.
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3 huevos “L”.
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Unos 200g gramos de calabaza al horno.
Preparación:
Precalentamos el horno a 200º.
Ponemos la calabaza en un plato y la chafamos bien con un
tenedor, hasta hacerla puré y reservamos.
En un bol mezclamos el yogur, los huevos y el azúcar,
agregamos la harina y seguimos mezclando, añadimos el aceite y la levadura y
batimos hasta que quede una masa lisa y sin grumos. Por último agregamos la
calabaza e integraremos bien en la masa, que verteremos en un molde desmontable
previamente engrasado.
Metemos al horno unos 35 minutos, no abrir el horno hasta
pasada media hora. Comprobaremos con un palillo si está hecho, si sale limpio ya
estará, sino dejamos hacer un poco más.
Sacaremos del horno y dejamos enfriar un poco, desmoldamos y
dejamos enfriar del todo.
La decoración a gusto del consumidor, yo no decoré porque
era para desayunar. Pero con azúcar glas, con nata, con cacao espolvoreado, con
mermelada….mmm. Rico solo o acompañado.
BESOS.